Las tres uniformidades de la recría en reproductores pesados
15 abril, 2019
La recría de reproductores pesados debe ser gestionado de cerca, pues influye directamente en el rendimiento zootécnico de los lotes, en el cual el punto crucial es la uniformidad del lote. La búsqueda incesante de esa uniformidad es fundamental. En este contexto, es posible tener tres uniformidades importantes, en el caso de […]

La recría de reproductores pesados debe ser gestionado de cerca, pues influye directamente en el rendimiento zootécnico de los lotes, en el cual el punto crucial es la uniformidad del lote. La búsqueda incesante de esa uniformidad es fundamental. En este contexto, es posible tener tres uniformidades importantes, en el caso de la recría:
– la uniformidad de peso (CV – coeficiente de variación),
– uniformidad de conformación de la carcasa y finalmente, dependiente de las dos anteriores,
– la uniformidad de madurez sexual.
Estos parámetros impactarán en los índices zootécnicos y económicos de la fase reproductiva de las aves, destacando la uniformidad y tamaño de los huevos producidos y consecuentemente, la calidad de la progenie. Durante la conducción de los lotes en recría, varios factores pueden influir en las tres uniformidades. En ese período, las cuatro primeras semanas son decisivas, período en que desajustes en la conducción de los lotes pueden comprometerlos para el resto de la vida.
Entre ellos se destacan:
- Ambientes inadecuados;
- Ausencia de procedimientos operativos estándares y entrenamiento de los involucrados en tareas decisivas de la recría;
- Falta o inadecuado manejo de la selección de los lotes, además de decisiones equivocadas, después de la tarea de selección de las aves. Como ejemplo, se relacionan la incorrecta compilación e interpretación de los datos de pesos y conformaciones de carcasa obtenidas después de la selección, lo que puede inducir al suministro erróneo de los gramos / ave / día;
- Mal uso de los equipos y la regulación de comederos, aberturas de los comederos tipo plato, regulación de los bebederos;
- Alta densidad por área y equipamientos;
- Programa e intensidad de luz;
- Micotoxinas y enfermedades;
- Niveles nutricionales inadecuados y baja calidad de las materias primas utilizadas en la ración;
En el caso de las aves y para toda la cría, importa principalmente después de la duodécima semana de vida, en el momento en que se inicia la formación del aparato reproductor de los reproductores. Para ello, es necesario diseñar nuevas estrategias luego de la selección de la décima segunda semana de vida, dependiendo por supuesto, de los números presentados. Un ejemplo son las aves de categoría pesada. Ellas deben tener su curva de peso adaptada a la nueva realidad post-selección, para evitar el riesgo de no cumplir la meta de uniformidad de conformación en la transferencia, de acuerdo con la severidad de la restricción alimenticia preestablecida por el técnico, lo que significaría la interferencia directa sobre la formación del aparato reproductor.
Los pesos y conformaciones con mucha variación a esa edad deben ser utilizados para reflexionar sobre los manejos realizados en las primeras semanas de vida, necesitando nuevos acompañamientos, correcciones y auditorías de los patrones preestablecidos.
En el tercio final de la recría, después de la última selección del lote, alrededor de la 16ª – 17ª semana de vida, es necesario enfocar aún más en la uniformidad de conformación de esas aves, hasta la transferencia o inicio de producción. Para ello, es necesario acompañar, semanalmente, de forma manual:
-las características del pecho (fleshing) y
– las decisiones relativas a los gramas / ave / día ofrecidos y la suplementacion del alimento para las categorías inferiores, en caso necesario.
Por último, atendiendo a todos estos conceptos en la recreación, se considera que el último parámetro de uniformidad, la madurez sexual, será éxito, en el momento de la transferencia de las reproductoras pesadas a la producción, con efectos beneficiosos en los resultados zootécnicos y económicos de los lotes.
Confeccionar y auditar los procedimientos operacionales de equipos y manejo, adecuar los niveles nutricionales, tener riguroso control de la calidad de las materias primas utilizadas en la producción de la ración, monitoreo del aspecto sanitario de los lotes, así como el entrenamiento de todos los involucrados en el proceso son algunos de los elementos necesarios para asegurar el alcance de los resultados esperados.
Es importante que las decisiones para el cumplimiento de las tres metas de uniformidad en la recria, todas a su tiempo, sean alineadas al concepto de un programa amplio, contemplando manejo, nutrición y sanidad y que no se base sólo en acciones aisladas.