La demanda por la producción de huevos de «gallinas felices» se disparó el año pasado. En Chile, por ejemplo, solo el 1% de los huevos se producían por el sistema libre de jaulas. En 2018, esta cifra alcanzó el 2%, o sea, 76 millones de huevos, según datos de la Asociación de Productores de Huevos (ChileHuevos).

Otro país a destacar por la producción y consumo de la proteína proveniente de gallinas libres es Brasil: Mantiqueira, la granja de huevos más grande del país, dedica parte de su producción al manejo compasivo de las aves desde 2017.

«Estos dos países lideran el movimiento de certificación de bienestar animal para gallinas ponedoras en el sistema libre de jaulas en América Latina. Hay 19 granjas certificadas repartidas entre Brasil y Chile», dice Mazzon.

Este aumento en el número de certificaciones confirma que el consumo de huevos se hace de forma más consciente. Como ejemplo decir que cerca de 100 empresas brasileñas, incluyendo algunas grandes cadenas de supermercados, se han comprometido a usar solo huevos de gallinas libres para 2025. En Chile, una de las principales cadenas gastronómicas, que administra ocho restaurantes en Santiago, ha retirado del menú los huevos de gallinas confinadas.

Ecoterra, la primera compañía chilena que participó en el programa de certificación, es ahora la proveedora exclusiva de Melting Cook. Además, el W Santiago Hotel, que pertenece a la cadena de hoteles Marriott, una de las más grandes del mundo, ha anunciado que solo usará los huevos de la marca Huevos La Castellana, producidos por Huevos Coliumo, que también tiene el sello de bienestar animal del Instituto para el sistema libre de jaulas.

El sello de bienestar animal 

La certificación de bienestar animal es la garantía que tiene el consumidor de saber que los alimentos provienen de granjas que utilizan prácticas responsables de manejo. La ONG es líder en la emisión de certificados para granjas de gallinas ponedoras que se crían en el sistema libre de jaulas en América Latina.

«Afortunadamente, las compañías y los productores están entendiendo que son los consumidores, quienes determinarán el futuro del mercado. Exigen que los huevos provengan de gallinas libres de jaulas, por lo que dichas empresas y productores han de adaptarse a esta nueva realidad», explica.

Las compañías de procesamiento de alimentos que no crían animales también pueden usar el sello Certificación en sus productos. Solo han de seguir algunas reglas:

  • Todos los ingredientes de origen animal de estos productos han de estar certificados por la Certificadora;
  • Los ingredientes y productos certificados han de identificarse y estar separados del resto durante el almacenamiento, la manipulación y la fabricación;
  • Las empresas han de guardar todos los registros que comprueben la naturaleza de los ingredientes comprados y que tengan los procedimientos de separación formalizados;
  • Las industrias han de seguir todos los estándares de la Certificadora para el etiquetado y el uso del sello y recibirán una auditoría de trazabilidad anual por parte de la certificadora.

Fuente: certifiedhumanelatino.org