Europa – La importancia del lavado de manos al manipular pollo en la cocina
5 septiembre, 2021
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, cada año se notifican más de 91.000 casos de infecciones por Salmonella. De las dos, la mayor culpable es con creces Campylobacter, responsable de la mayoría de los casos notificados de enfermedades gastrointestinales en la UE (246.000 al año) y se cree que las cifras reales rondan los […]

Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, cada año se notifican más de 91.000 casos de infecciones por Salmonella.
De las dos, la mayor culpable es con creces Campylobacter, responsable de la mayoría de los casos notificados de enfermedades gastrointestinales en la UE (246.000 al año) y se cree que las cifras reales rondan los 9 millones anuales.
¿Cómo se pueden prevenir las infecciones por estas bacterias? El hecho es que cerca de 40% de los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos en la UE se deben a una mala higiene en la cocina, especialmente cuando se manipula y prepara pollo crudo. Por consiguiente, la solución es bastante simple: lavarse las manos. Pero ¿qué tan buenos son los europeos para seguir esta simple instrucción?
Un estudio llevado a cabo como parte del proyecto SafeConsumE, examinó las prácticas de lavado de manos en cinco países europeos durante la preparación de una comida casera con pollo crudo. Los resultados mostraron una falta de conocimiento de los riesgos involucrados en la manipulación de carne cruda. También revelaron claras diferencias en los conocimientos, hábitos y equipos relacionados con el pollo y el lavado de manos entre los cinco países.
Los hallazgos remarcan la necesidad de adaptar las campañas de prevención en función de las prácticas y el conocimiento de cada lugar.
El estudio consistió en una encuesta cuantitativa de alrededor de 1.890 encuestados, combinada con una investigación cualitativa (con observación y entrevistas semiestructuradas) de 75 hogares en Francia, Noruega, Portugal, Rumania y el Reino Unido. Se consideraron tres categorías de consumidores: hombres jóvenes solteros con mayor probabilidad de ignorar las directrices de seguridad alimentaria, familias con niños pequeños que tenían un mayor riesgo de enfermar por campilobacteriosis y salmonelosis, y hogares de personas mayores.
Según los datos, los portugueses y los rumanos fueron culpables más a menudo de tocar el pollo crudo. Aunque los participantes de la encuesta señalaron que se lavaban las manos con frecuencia, no se observó lo mismo en situaciones reales, lo que muestra una brecha entre las intenciones y las prácticas. Solo alrededor de una tercera parte de los participantes se lavó las manos con jabón después de manipular pollo crudo. La mayoría de los casos se observaron en Noruega (80%) y el Reino Unido (64%), seguidos de un pequeño número en Portugal (15%) y Francia (13%). No se registraron casos de lavado de manos con jabón después de manipular pollo crudo en Rumania.

Los consumidores rumanos, franceses y portugueses también podrían tener un conocimiento erróneo de las formas seguras de lavarse las manos, ya que consideran que el enjuague con agua es suficiente. Para los consumidores franceses y portugueses, tocar la carne cruda de aves de corral no se percibía supuestamente como arriesgado, a diferencia de otras acciones, como tocar el cubo de basura, sonarse la nariz y tocar a la mascota, que sí fueron seguidas por el lavado de las manos con jabón.
Los conocimientos obtenidos gracias al estudio podrían utilizarse para documentar las estrategias de comunicación sobre seguridad alimentaria de los países europeos.
