Las superbacterias mataron en 2019 más que el sida o la malaria

23 enero, 2022

Cada vez son más los pacientes que desarrollan enfermedades bacterianas resistentes a los antibióticos. Las superbacterias están implicadas principalmente en infecciones del tracto digestivo y el urinario, provocando, principalmente si no se consiguen tratar, un gran riesgo de mortalidad. Las farmacéuticas y organismos internacionales de Sanidad luchan por frenar el aumento de estas infecciones, abogando […]

Cada vez son más los pacientes que desarrollan enfermedades bacterianas resistentes a los antibióticos. Las superbacterias están implicadas principalmente en infecciones del tracto digestivo y el urinario, provocando, principalmente si no se consiguen tratar, un gran riesgo de mortalidad.

Las farmacéuticas y organismos internacionales de Sanidad luchan por frenar el aumento de estas infecciones, abogando por el buen uso de los antibióticos y la búsqueda de tratamientos más eficaces contra estas bacterias.

Es una carrera global a contrarreloj. Según un reciente estudio, 1,27 millones de personas murieron en el mundo en 2019 a causa de infecciones bacterianas resistente a los antibióticos.

Más muertes que las causadas por el sida o la malaria, 860.000 y 640.000 fallecidos respectivamente. Infecciones, hasta ahora tratables del tracto digestivo o respiratorio, son producidas por superbacterias que saltan al torrente sanguíneo produciendo en muchos casos la muerte sin que los sanitarios puedan encontrar a tiempo el tratamiento para acabar con ese patógeno.

Porque hasta el momento existen solo un par de antibióticos muy potentes que son utilizados en los hospitales como último recurso para estas infecciones. A través de cócteles de fármacos intentan acabar con un patógeno que se resiste. Ya ni la penicilina sirve en algunos casos.

Una amenaza que solo ve la luz con la esperanza del tiempo y la investigación en curas como vacunas contra estos microbios.

Para la elaboración del estudio se utilizaron modelos estadísticos para producir estimaciones del impacto de la resistencia a los antimicrobianos en todos los lugares, incluidos aquellos con sin datos, utilizando 471 millones de registros individuales obtenidos de revisiones sistemáticas de literatura, sistemas hospitalarios, sistemas de vigilancia y otras fuentes de datos.

La carga de morbilidad se estimó de dos maneras: muertes causadas directamente por la resistencia a los antimicrobianos (es decir, muertes que no habrían ocurrido si las infecciones hubieran sido susceptibles a los medicamentos y, por lo tanto, más tratables) y muertes asociadas con la resistencia a los antimicrobianos (es decir, cuando una infección resistente a los medicamentos estuviera implicada en muertes, pero la resistencia en sí misma puede o no haber sido la causa directa). Las muertes causadas por la resistencia a los antimicrobianos y asociadas con ella se calcularon para 204 países y territorios y se informaron para 21 regiones globales y siete superregiones.

Según este estudio, las superbacterias no solo estuvieron involucradas de forma directa en más de un millón de muertes, sino que también se asociaron a 4,95 millones de fallecimientos ese mismo año. “Las estimaciones anteriores habían pronosticado 10 millones de muertes anuales por resistencia a los antimicrobianos para 2050, pero ahora sabemos con certeza que ya estamos mucho más cerca de esa cifra de lo que pensábamos”, señala el coautor del estudio, el profesor Chris Murray, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington en Estados Unidos.

Además de las muertes causadas a nivel global, el estudio destaca la amenaza que representan principalmente para los más pequeños. Según los resultados publicados, este grupo de edad corre un riesgo particularmente alto: alrededor de una de cada cinco muertes atribuidas a la resistencia bacteriana a los medicamentos se habría producido en menores de 5 años.

Patógenos e infecciones involucrados

Aunque normalmente las infecciones del tracto digestivo y urinario son las más comunes en este tipo de bacterias, en el caso de los patógenos más peligrosos y culpables de las muertes recogidas en este estudio, las infecciones de las vías respiratorias bajas y del tórax, infecciones del torrente sanguíneo e infecciones intra abdominales dominaron las muertes por resistencia bacteriana. Solo por sí mismas representaron más de 400.000 muertes atribuibles y 1,5
millones de muertes asociadas.

Y en cuanto a patógenos, de los 23 estudiados, seis fueron responsables de casi 930.000 muertes atribuibles a la resistencia y 3,57 millones de fallecimientos asociados: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Streptococcus pneumoniae, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa.

El impacto sanitario de los patógenos varió mucho según el lugar, ya que las muertes atribuibles a la resistencia en África Subsahariana fueron causadas con mayor frecuencia por S. pneumoniae (16% de las muertes) o K. pneumoniae (20%), mientras que alrededor de la mitad de las muertes atribuibles en los países de ingresos altos fueron causadas por S. aureus (26%) o E. coli (23%).

Precisamente en África Subsahariana, así como el sur de Asia, es donde más muertes por superbacterias se produjeron.

En los países de ingresos altos, la resistencia provocó directamente 13 muertes cada 100.000 habitantes y se asoció a 56 muertes cada 100.000 habitantes.

“Necesitamos aprovechar estos datos para corregir el rumbo de la acción e impulsar la innovación si queremos mantenernos a la vanguardia en la carrera contra la resistencia a los antimicrobianos”, concluyó Chris Murray.